miércoles, 30 de marzo de 2011


Tendido sobre su frágil pecho, sentí unos latidos que a penas podía escuchar. Eran débiles y ella lo sabía. Ella sabía que se acercaba el final.




Intentaba aferrarse a este mundo con todas sus fuerzas, no quería que ese momento acabase nunca.


Nuestras manos estaban enlazadas, quería sentir el tacto de su cuerpo una vez más, recordar su cálida piel por última vez.




Pocos minutos después, con los ojos humedecidos y entre lágrimas, se despidió y, finalmente, se fue, para siempre.






domingo, 27 de marzo de 2011


Me llevas por el mal camino. Tan sólo me permites andar en la oscuridad, sin dejar que toque la felicidad, ni si quiera que roce la luz.






martes, 15 de marzo de 2011



Y desde allí, escondido en aquella esquina, podía observarla.


Ella, tranquila, con su mirada enfrascada en un libro de color azul marino, cuyas páginas pasaba suavemente con un ligero toque de su sofisticada mano, en cierta ocasión se apartaba los mechones que le caían sobre la cara y que, le impedían seguir leyendo aquella historia de amor que tan absorta le tenía.





Andrea.








lunes, 14 de marzo de 2011

Manos desnudas recorren mi espalda. Caricias desconocidas al final de una noche de desenfreno.

Deseos nocturnos que se vuelven insaciables, pues siempre esperas algo más.


A la mañana siguiente, arrepentido, cabizbajo, regreso a mi cálido hogar. Y entonces vuelve ese recuerdo, esa persona a la que aun no he conseguido olvidar.

A parte de esa imagen, el único pensamiento que consigue atraer mi mente es ese consejo que una vez me dieron, y que tan difícil me resulta llevar a cabo: Sigue intentándolo cuantas veces quieras, pero será el tiempo el que te dé tregua.

No busques en otras el calor de su cuerpo que tanto añoras.





miércoles, 9 de marzo de 2011

Una calada tras otra intentando no pensar. Con cada calada que doy a mi cigarro, dejo un sueño atrás...