martes, 23 de agosto de 2011

Luke, titubeante, movió el brazo hacia mí; fue un movimiento mínimo, pero de pronto, como si nos hubieran disparado con un cañón, nos abrazamos con fuerza. Luke apretaba las piernas contra las mías, me rodeaba la espalda con los brazos, y yo tenía la cara pegada a su cuello y aspiraba su aroma por última vez. Deseé que aquel abrazo no terminara nunca. Entonces me aparté de él y corrí adentro, sin volverme para mirarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario